Número de Expediente 104/03
N° | Origen | Tipo | Extracto |
---|---|---|---|
104/03 | Senado De La Nación | Proyecto De Ley | ARANCIO DE BELLER: REPRODUCE EL PROYECTO DE LEY SOBRE PROGRAMA NACIONAL DE FOMENTO, PROMOCION Y DESARROLLO DE CULTIVOS ANDINOS SUBEXPLOTADOS DE VALOR NUTRICIONAL, REGISTRADO BAJO EL N° S. 1765/00 |
Listado de Autores |
---|
Arancio de Beller
, Lylia Mónica
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
---|---|---|
06-03-2003 | 26-03-2003 | 8/2003 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
---|---|
07-03-2003 | SIN FECHA |
Giros del Expediente a Comisiones
COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
---|---|---|
DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA
ORDEN DE GIRO: 1 |
07-03-2003 | 28-02-2005 |
DE AMBIENTE Y DESARROLLO SUSTENTABLE
ORDEN DE GIRO: 2 |
07-03-2003 | 28-02-2005 |
DE PRESUPUESTO Y HACIENDA
ORDEN DE GIRO: 3 |
07-03-2003 | 28-02-2005 |
EL EXPEDIENTE CADUCO EL 28-02-2005
ENVIADO AL ARCHIVO : 04-04-2005
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0104/03)
Buenos Aires, 3 de marzo de 2003.
Señor
Presidente Provisional
Dn. José Luis Gioja
H. Senado de la Nación
S / D
De mi mayor consideración:
Me medio a Usted a efectos de
solicitarle tega a bien reproducir el Proyecto de Ley del Señor
Senador Nacional (M.C.) Dn. Humberto Salum Programa Nacional de
Fomento, Promoción y Desarrollo de Cultivos Andinos Subexplotados de
Valor Nutricional-, en virtud de haber caducado, con media sanción de
este Cuerpo, en la Honorable Cámara de Diputados.
El mismo fue caratulado originariamente como 1765/00, teneiendo su
ingreso a mesa de entrads el 16/08/00, y destinado a las Comisiones de
Agricultura y Ganadería, Ecología y Desarrollo Humano y Presupuesto y
Hacienda.
Sin otro particular, lo saluda a Usted
con mi mayor consideración.
Lylia M. Arancio de Beller-
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
PLAN NACIONAL DE FOMENTO, PROMOCIÓN Y DESARROLLO DE CULTIVOS
ANDINOS SUBEXPLOTADOS DE VALOR NUTRICIONAL
CAPÍTULO I
DEFINICIONES
ARTÍCULO 1°.- Se considerarán cultivos andinos subexplotados de
valor nutricional a las especies autóctonas que se encuentran relegadas
a un plano secundario, tanto al nivel de su producción como de su
consumo, a causa de su desplazamiento por los cultivos comerciales que
responden a patrones de consumo urbano y a diversas razones de orden
socioeconómico.
ARTÍCULO 2°.- Se considerarán cultivos andinos a las especies
autóctonas que se encuentran por encima de los 2000 metros sobre el
nivel del mar (m.s.n.m.) y la ubicación fitogeográfica de esta zona del
País estará incluida dentro de las provincias de la PREPUNA (2000 a
3400 m.s.n.m.) que abarca desde Jujuy y Salta hasta La Rioja; PUNEÑA
(3400 a 5000 m.s.n.m.) que se extiende desde Jujuy hasta Mendoza y la
ALTOANDINA que incluye el oeste del País desde Jujuy hasta Tierra del
Fuego.
ARTÍCULO 3°.- Declárense de Interés Nacional al desarrollo de los
cultivos andinos subexplotados de valor nutricional que contribuyan a
ampliar la base alimentaria con el objeto de mejorar el estado
nutricional y la seguridad alimentaria, particularmente a nivel de los
hogares, comunidades o pueblos alejados del área de los grandes centros
urbanos.
CAPÍTULO II
OBJETIVOS
ARTÍCULO 4°.- Constituyen objetivos a ser logrados a través de la
aplicación de la presente Ley:
a) Analizar la situación actual de los cultivos
andinos subexplotados de valor nutricional, su potencial, las
posibilidades para su futura promoción y los beneficios que se esperan
conseguir.
b) Seleccionar los cultivos tomando en cuenta su
importancia nutricional, su rol en los sistemas agrícolas locales, los
recursos fitogenéticos, los aspectos socio antropológicos y otros
criterios.
c) Identificar estrategias y acciones para su
fomento, promoción y desarrollo en los aspectos de producción,
procesamiento, distribución, comercialización y consumo.
CAPÍTULO III
CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE CULTIVOS ANDINOS
ARTÍCULO 5°.- Los criterios para la selección de cultivos andinos
subexplotados de valor nutricional se agruparán en tres temáticas
básicas, todas ellas de equivalente importancia:
1- Aspectos Alimentario Nutricionales.
a) Las características del producto con relación a su
valor nutricional, especialmente con respecto a su composición química,
biodisponibilidad, toxicidad o presencia de factores antinutricionales.
Esto se refiere tanto a su comportamiento individual como a su
complementación con otros alimentos de consumo habitual.
b) Su contribución a la solución de las deficiencias
nutricionales más prevalentes en los grupos vulnerables y de nivel
socioeconómico bajo.
c) Los hábitos de la población con relación a su utilización y consumo
y a su versatilidad en la preparación culinaria.
2- Aspectos Agro Ecológicos.
a) Adecuación a las condiciones ecológicas (clima -
suelo - planta) de los diferentes medios especialmente mediante la
selección de variedades y el empleo de prácticas culturales apropiadas.
b) Integración a los sistemas agropecuarios de
producción y su capacidad de contribuir a un uso más eficiente de los
recursos productivos.
c) Potencialidad de producción y productividad del
cultivo frente a los recursos especialmente escasos en cada medio
(tierra, agua, tiempo disponible, mano de obra, etc.).
3- Aspectos Socioeconómicos.
a) Costo comparativo de producción especialmente con
relación a otros cultivos andinos, incluyendo el análisis del costo
energético.
b) Posibilidades de introducción a la economía de mercado y de generar
ingresos.
c) Posibilidades agroindustriales, tanto en el
desarrollo de empresas y productos locales, como para industrias
mayores que contribuyan a ampliar su mercado.
d) Capacidad de sustituir importaciones y de ser
exportado.
e) Facilidad de almacenamiento y conservación y
posibilidad de preparación en el hogar con baja utilización de
recursos.
f) Posibilidad de uso de productos de los cultivos
para otros objetivos (alimentación de ganado, combustible, material de
construcción e insumos para la artesanía).
CAPÍTULO IV
ESTRATEGIAS NACIONALES PARA LA PROMOCIÓN DE LOS CULTIVOS ANDINOS
ARTÍCULO 6°.- Las estrategias nacionales para la promoción de los
cultivos andinos subexplotados de valor nutricional, abarcarán las
siguientes áreas:
1- Área Agronómica.
a) Colección y manejo de germoplasma.
b) Identificación de la problemática de los cultivos
en el ámbito de productores y consumidores como así también aquella
derivada de la industrialización y comercialización en el contexto de
los sistemas de producción actuales.
c) Solución de problemas limitantes sobre la base del
análisis de la tecnología tradicional.
d) Desarrollo de variedades mejoradas.
e) Producción de semillas.
f) Estudios de conservación poscosecha y
procesamiento.
2- Área Nutricional.
a) Completar el análisis nutricional de los cultivos
andinos promisorios para cada región con especial participación de los
institutos de nutrición.
b) Incentivar a los Institutos de nutrición y
tecnología de alimentos y programas de desarrollo rural y salud para la
inclusión de los cultivos andinos en sus planes de trabajo.
3- Área Socioeconómica y de Extensión.
a) Recopilar y procesar información que permita la
implementación de políticas de fomento y crédito de estos cultivos.
b) Realizar campañas de promoción y divulgación del
uso y consumo de los cultivos andinos en contribución a la seguridad
alimentaria.
c) Estimular la utilización de estos productos en los
programas de alimentación complementaria.
d) Fomentar la creación de plantas agroindustriales
locales en comunidades productoras para lograr su desarrollo y
beneficio.
d) Promover la difusión de conocimientos, experiencias y la
capacitación a través de niveles de cursos - talleres locales en las
áreas de mayor concentración de estos cultivos.
f) Promover la incorporación de asignaturas o
unidades sobre cultivos andinos basada en realidades nacionales, en los
programas normales de Universidades, Institutos, áreas de Agronomía,
Biología, Nutrición y Tecnología de Alimentos.
ARTÍCULO 7°.- Formalizar estrategias de carácter regional con los
Organismos Internacionales que tengan competencia en los temas de la
presente Ley.
CAPÍTULO V
ORGANISMOS - FUNCIONES - COMPETENCIAS
ARTÍCULO 8°.- El Estado nacional ejercerá las funciones que se
atribuyen en la presente a través de los siguientes órganos:
a) Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación de la Nación.
b) INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria).
c) Aquellos otros Organismos Públicos de cualquier
jurisdicción con los que las Entidades citadas anteriormente
suscribiesen acuerdos para el mejor cumplimiento de los cometidos de la
presente Ley. Igual tratamiento podrá darse a Entidades Privadas, ONG
(Organismos No Gubernamentales), Fundaciones, Cooperativas, u otras
cuando las circunstancias así lo aconsejen.
CAPÍTULO VI
FACILIDADES CREDITICIAS
ARTÍCULO 9°.- El Poder Ejecutivo Nacional podrá asignar anualmente
del Presupuesto Nacional una suma fija de hasta Pesos Un Millón ($
1.000.000.-) para subsidiar hasta el 50 % la tasa de interés por
créditos que otorgue el Banco de la Nación Argentina para
financiamiento de inversiones en los cultivos andinos subexplotados de
valor nutricional.
ARTÍCULO 10.- Podrán ser beneficiarios aquellos proyectos que cumplan
con los criterios para la selección de cultivos andinos especificados
en el Capítulo III de la presente Ley y los requisitos establecidos por
el Banco de la Nación Argentina a tal efecto.
CAPÍTULO VII
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 11.- El incumplimiento del proyecto o emprendimiento en
ejecución, que fuera beneficiado por un crédito específico a tal
efecto, dará lugar a la caída de los mismos, y al reclamo de los
tributos dejados de abonar más sus intereses y actualizaciones.
ARTÍCULO 12.- Sin perjuicio de la aplicación, según su régimen
propio, de la norma de naturaleza federal contenidas en la presente
Ley, invítase a las Provincias a adherir al régimen de la misma.
ARTÍCULO 13.- Facúltase al Poder Ejecutivo Nacional a reglamentar la
presente Ley y a delegar en el Órgano que determine las funciones
necesarias para lograr los objetivos aquí establecidos.
ARTÍCULO 14.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.-
Lylia M. Arancio de Beller-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La región andina es uno de los grandes centros
de origen de las plantas cultivadas, las que constituyen parte de una
importante herencia cultural y juegan un papel relevante en los hábitos
alimentarios. Sin embargo, muchas de las especies autóctonas se
encuentran en la actualidad relegadas a un plano secundario, tanto al
nivel de su producción como de su consumo, a causa de su desplazamiento
por los cultivos comerciales que responden a patrones de consumo urbano
y otras razones de orden socioeconómico.
Salvo escasas excepciones, introducidas en los
últimos cien años, la agricultura moderna sigue recurriendo a las
mismas plantas que adaptara el hombre neolítico. Entre ellas, conocido
es el papel determinante de los cereales en el surgimiento y desarrollo
de las primeras civilizaciones. En este sentido, la facilidad que
ofrecen los granos de ser almacenados permitió el asentamiento de las
poblaciones; donde éstos no existieron el hombre se vio obligado a
llevar una vida nómade, a expensas de alimentos escasos y perecederos,
provenientes de la caza, la pesca y la recolección de frutas
silvestres.
Los verdaderos cereales son monocotiledóneos de
la familia de las Gramíneas, fáciles del cultivar, caracterizados por
poseer un grano grande de albumen abundantemente harinoso, apto para la
alimentación y la panificación. Con frecuencia han estado acompañados
por los Pseudo cereales, plantas con semillas de similares
características a las de aquellas pero de menor tamaño y pertenecientes
a diversas familias de Dicotiledóneas. Muy especialmente en
Centroamérica y Sudamérica, se desarrollaron especies nativas cuyos
cultivos cobraron significativa relevancia en las culturas
precolombinas desde un punto de vista alimentario y religioso como la
Quínoa y el Amaranto.
Por los relatos de los primeros cronistas de la
Conquista de América se sabe que estos Pseudo cereales constituyeron la
segunda mies en importancia, después del maíz. Antes del
descubrimiento, la agricultura Azteca e Incaica había alcanzado un
avanzado grado de desarrollo. La Incaica, por ejemplo, con notables
terrazas y sistemas de riego, cultivaba más de cuarenta especies
alimenticias, en un ámbito que llegaba a los 4.000 metros de altura,
abarcando todos los climas, desde el tropical al de tipo andino en las
mayores altitudes. Los cambios culturales impuestos por los
conquistadores hicieron abandonar estas prácticas, quedando reducidos
los cultivos autóctonos andinos a algunas zonas altas del Perú,
Bolivia, Ecuador y el Noroeste Argentino.
El acervo agrícola mundial en la actualidad es
muy reducido en especies. De ellas aproximadamente 250.000 especies
vegetales clasificadas, cientos de las cuales son aptas para la
alimentación, apenas se cultiva un centenar y medio, y sólo una
veintena constituye el recurso común que libra al hombre del hambre,
sobre todo cereales, tubérculos como la papa y leguminosas como los
frijoles, el maní y la soja.
Ante los problemas creados por el incesante
incremento poblacional, organismos internacionales, en particular la
UNESCO y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación), sumados a la inquietud de numerosos
investigadores, llamaron la atención sobre la necesidad de acrecentar
dicho acervo, adaptando especies silvestres y revalorizando antiguos
cultivos indígenas que fueron dejados de lado por la agricultura
moderna.
La Conferencia Mundial de la FAO, ya en el año
1983, enfatizó la necesidad de promover y desarrollar la producción y
el consumo de los cultivos menores y alimentos vegetales nativos, y en
el año 1986 produjo un Informe Final sobre una Reunión de Cultivos
Andinos Subexplotados de Valor Nutricional, realizada en el mes de
octubre en Santiago de Chile, y de la cual participó nuestro País,
proponiendo ampliar la base alimentaria, mediante el fomento y
desarrollo de tales cultivos, con el objeto de mejorar el estado
nutricional en grupos vulnerables y de nivel socioeconómico bajo;
trabajo que se tomó como base para la elaboración de la presente Ley.
En este sentido, desde hace dos décadas se ha
intensificado el interés por los Pseudo cereales, como por ejemplo la
Quínoa y el Amaranto, incentivado por sus ventajas nutricias sobre los
cereales verdaderos (alto contenido de proteínas ricas en lisina), así
como por su rusticidad y adaptación a suelos pobres y climas adversos,
que les permiten prosperar donde no llegan los cereales.
Los Pseudo cereales, si bien de granos
pequeños, aventajan a los verdaderos cereales por su mayor contenido en
proteínas de primera calidad, en promedio un 20 %, similar a las
Leguminosas comunes (en la Soja es superior), destacándose el aporte de
lisina (6 % de la proteína), comparable al de la Soja y tres veces más
alto que el del Trigo, nivel que rebasa el patrón establecido por la
FAO en 1973.
En cuanto a las proteínas cabe aclarar que, así
como en las leguminosas el aporte nitrogenado es de origen simbiótico,
siendo la fuente de nitrógeno el atmosférico; en estos pseudo cereales
proviene exclusivamente de los recursos del suelo.
La Lisina, abundante en las proteínas de origen
animal, es el primer aminoácido limitante en las proteínas vegetales.
Interviene en la formación de la masa encefálica, y en los procesos de
memoria y aprendizaje, siendo indispensable, en niveles apropiados, en
las primeras etapas de la vida, a fin de asegurar una adecuada
capacidad intelectual en el adulto.
De los análisis determinados puede apreciarse
el aporte satisfactorio de aminoácidos esenciales por parte de la Soja
y de estos Pseudo cereales comparados con la Caseína. Los estudios
sobre digestibilidad, valor biológico, etc. de las proteínas de estos
granos, así como su riqueza mineral (calcio, fósforo, hierro) y
lipídica (grasas y cenizas redondean el mismo valor del 6 %), así como
vitamínica, superior a los cereales, permite deducir que a través de
estos vegetales es factible una dieta equilibrada, exenta de
colesterol, sin recurrir a las proteínas animales.
El contenido de Hidratos de Carbono (almidón,
alrededor del 70 %), los hace aptos para la panificación, sobre todo en
mezclas del 20 % con harinas de otros cereales que aportan el gluten
necesario, escaso en los Pseudo cereales (condición para la cual,
empero, resultan aptos para la alimentación de los enfermos celíacos).
Las semillas de la Quínoa se cuecen, tuestan o muelen. Se obtiene de
ellas una harina con la que se puede elaborar pan, galletas y fideos.
Los granos sirven en sopas y guisos a modo de arroz, cereales para el
desayuno y forrajes. Fermentados se obtiene de ellos una cerveza. Las
hojas tiernas son consumidas como verduras, semejantes a la espinaca.
Contienen un elevado porcentaje de proteínas, minerales y vitaminas.
Los cultivos andinos de Amaranto ocuparon menores alturas que la Quínoa
y estaban frecuentemente asociados con el maíz. Las especies cultivadas
son hierbas anuales, de vegetación estival. Varias llegan a medir más
de dos metros de altura, lo cual asegura elevados niveles de materia
seca por hectárea y alta producción de semilla. Presenta sobre los
cereales la facilidad de prosperar en condiciones áridas y suelos
pobres. Su gran plasticidad, de origen genético, le confiere un notable
potencial de adaptabilidad mundial, desde el Ecuador hasta las zonas
templadas.
El pequeño tamaño de las semillas, que oscila alrededor de 1 mm de
diámetro, permite que haya un millón de unidades en 1 Kg. Basta sembrar
1-2 Kg/Ha para los cultivares graníferos, y 3-5 Kg/Ha para los
hortícolas y forrajeros (en trigo se requieren 100 Kg/Ha). Las hojas
son más ricas en calcio que las semillas; por su riqueza en hierro se
aconsejan para prevenir la anemia, y por la de vitamina A, para la
xeroftalmia. Si bien las partes vegetativas presentan altos niveles de
factores antinutricionales (nitratos y oxalatos) para el consumo humano
se evitan desechando el agua de cocción.
Las técnicas de cultivo requieren todavía amplia experimentación. Se va
pasando de los cultivos manuales a otros totalmente mecanizados,
redituables comercialmente (por ejemplo, usando sembradoras de sésamo,
trilladoras de leguminosas, cosechadoras del tipo de las usadas en
cosecha fina, etc.). Proyectos de investigaciones privadas y estatales
en todo los aspectos concernientes al uso y cultivo de estas plantas se
destacan en EEUU, Méjico, Guatemala, Venezuela, Perú, Israel, etc. En
Argentina, además de los estudios botánicos, cabe mencionar entre
otros, los trabajos de fitomejoramiento y técnicas culturales llevados
a cabo en La Pampa por el INTA y la Universidad Nacional.
Estas cualidades, capaces de corregir los problemas de malnutrición y
desnutrición endémicos del Tercer Mundo, y de equilibrar cualquier
dieta vegetariana, han reavivado el interés de los expertos hacia
dichos cultivos andinos, como posibilidad cierta de implementación en
regiones o zonas donde éste déficit exista. Si sumamos a esto la
facilidad y rusticidad de su cultivo, realmente estamos en presencia de
especies que merecen ser consideradas como importantes para implementar
y desarrollar, en pos de una mejor calidad de vida de numerosos
habitantes de nuestro País.
Si bien sólo se presentó como ejemplo a dos especies de pseudo cereales
como la Quínoa y el Amaranto, toda la región andina de nuestro País
desde el norte al sur, tiene otros cultivos y variedades de especies
que también son aptas para mejorar el estado nutricional y la seguridad
alimentaria de sus habitantes, y por lo tanto importantes para ser
promocionadas y desarrolladas como cultivos que sirvan para ampliar la
base alimentaria de la población.
Reducir la pobreza e incrementar la producción de alimentos, sobre todo
en las áreas rurales, requerirá entre otras cosas, la promoción de
prácticas agrícolas sustentables entre los pequeños agricultores. Será
menester también impulsar la investigación en cooperación,
especialmente en las propias explotaciones agrícolas, a fin de
aprovechar los conocimientos de los agricultores locales y desarrollar
técnicas ajustadas a diversas condiciones físicas.
Si se nos pidiera señalar cuáles son las
actividades productivas más importantes para luchar contra la pobreza,
mejorar la calidad de vida de la población y, en general, lograr un
desarrollo sustentable, diríamos que en la actualidad una de ellas es
la agricultura. De ella depende nuestra seguridad alimentaria, objetivo
estratégico fundamental para luchar contra la falta de recursos
sociales y productivos en el medio rural y urbano.
Un aumento sostenido de la productividad
agrícola, tanto por hectárea utilizada como por persona empleada en
esta actividad, tomando en cuenta prácticas de manejo racional de los
recursos naturales, permitirá atender a la vez varios objetivos
fundamentales. En primer lugar, el incremento de la producción
requerido para satisfacer la creciente demanda alimentaria de la
población en general. En segundo lugar, una más alta remuneración a la
población campesina, con lo cual estaremos reduciendo la pobreza en el
medio rural. Y en tercer lugar, generar un mejor aprovechamiento de los
recursos naturales, lo cual redundará notablemente en la reducción de
la degradación ambiental; tema que en la actualidad reviste mayor
gravedad y a la vez mejores posibilidades para la región, siendo sus
principales consecuencias la erosión y pérdida de fertilidad de los
suelos, la desertificación, la degradación de pasturas, la salinización
y alcalinización de suelos bajo riego y la subutilización de tierras
agrícolas de buena calidad.
La agricultura campesina tradicional ha
demostrado ser, con frecuencia, altamente sustentable dentro de sus
contextos ecológicos e históricos, a menudo utilizando técnicas de
manejo sofisticadas y bien adaptadas a las condiciones locales, que les
han permitido satisfacer las necesidades vitales durante siglos, aún
bajo condiciones ambientales adversas. Esta ocupación campesina implica
una tecnología, pero también una organización espacial y social
específica, conocimientos precisos sobre recursos, patrones de consumo
y de trabajo adecuados y hasta una concepción no-antagonista con el
medio ambiente. En otras palabras, toda una cultura en su sentido más
amplio, que no puede reducirse a expresiones folklóricas o confinarse a
niveles superestructurales. Ese repertorio no sólo expresa una
historia, sino que constituye un recurso para el desarrollo; un
potencial de crecimiento para las reservas territoriales de nuestras
sociedades.
Los patrones de desarrollo adoptados en la región en los últimos 50
años, han modificado no solamente el ambiente natural, sino también los
patrones de consumo de importantes capas de la población. Las economías
campesinas y los sistemas agrícolas simples no han recibido el apoyo
que se merecen, por el contrario, han sido a menudo desarticulados y el
desarrollo económico, la expansión de la frontera agrícola y el
incremento de la producción del campo agrícola ha sido tratado desde el
punto de vista cuantitativo y no cualitativo, reemplazándose agro
ecosistemas estables y diversificados por agro ecosistemas inestables y
homogéneos.
Los esfuerzos por mitigar el hambre y la
pobreza en nuestra América han tenido resultados cuestionables. Por
eso, tiende a generalizarse la búsqueda de un desarrollo diferente que,
junto con vigorizar el crecimiento económico, promueva una mayor
equidad entre los hombres en el marco de un medio ambiente sustentable.
Todo ser humano necesita consumir una cantidad mínima necesaria de
alimentos para sobrevivir y desarrollar sus capacidades. Este requisito
esencial es cuantificable. En virtud de ello, se sabe que en nuestra
región existen potencialmente recursos naturales más que suficientes
para satisfacer estos requerimientos. Pero debido a las formas
adoptadas por la sociedad para organizar su funcionamiento, el número
absoluto de personas que padecen hambre y desnutrición crece
constantemente. Resulta imperativo corregir esta contradicción, de lo
contrario estaremos poniendo un límite al desarrollo. En pocas
palabras: No hay desarrollo duradero si no se garantiza "durabilidad" y
realización plena a las personas.
Por lo expuesto, nos parece sumamente
importante e imprescindible, a efectos de lograr un desarrollo
sustentable, declarar de interés nacional los futuros desarrollos de
los cultivos andinos de valor nutricional que contribuyan a ampliar la
base alimentaria con el objeto de mejorar el estado nutricional y la
seguridad alimentaria, tal como se especifica en el Artículo 3° del
presente Proyecto de Ley, como instrumento de un cambio viable para
lograr una mejor distribución de los recursos productivos, generar
fuentes de empleo y reducir la pobreza.
Ello, no sólo permitirá desarrollar los
cultivos autóctonos, sino analizar su potencial y su promoción en
cuanto a su importancia nutricional, e identificar las futuras
estrategias para los objetivos a implementar en la presente Ley,
surgiendo la importancia de establecer agroindustrias en el campo y
lograr transformar la materia agrícola, adoptándose tecnologías
adecuadas que no desplacen mano de obra pero que si logren valor
agregado, tomándose igualmente en cuenta las políticas de seguridad
alimentaria.
Es claro que el espíritu de la presente, está
destinado fundamentalmente a revalorizar nuestros cultivos autóctonos
posibilitando, en un marco de desarrollo productivo, combatir la
pobreza en ciertas áreas socioeconómicas frágiles, en donde exista la
posibilidad de integrar amplios sectores de la población al desarrollo
en pos de una mejor calidad de vida.
En este sentido, el presente Proyecto mira
hacia los más necesitados y débiles dentro de la estructura social,
posibilitando con recursos propios y genuinos revitalizar estrategias
conducentes a la erradicación de la desnutrición y las enfermedades
causadas por ella, e incorporándolos al sistema productivo con recursos
propios de su tierra; de la cual forman parte y se sustentan.-
Lylia M. Arancio de Beller.
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-0104/03)
Buenos Aires, 3 de marzo de 2003.
Señor
Presidente Provisional
Dn. José Luis Gioja
H. Senado de la Nación
S / D
De mi mayor consideración:
Me medio a Usted a efectos de
solicitarle tega a bien reproducir el Proyecto de Ley del Señor
Senador Nacional (M.C.) Dn. Humberto Salum Programa Nacional de
Fomento, Promoción y Desarrollo de Cultivos Andinos Subexplotados de
Valor Nutricional-, en virtud de haber caducado, con media sanción de
este Cuerpo, en la Honorable Cámara de Diputados.
El mismo fue caratulado originariamente como 1765/00, teneiendo su
ingreso a mesa de entrads el 16/08/00, y destinado a las Comisiones de
Agricultura y Ganadería, Ecología y Desarrollo Humano y Presupuesto y
Hacienda.
Sin otro particular, lo saluda a Usted
con mi mayor consideración.
Lylia M. Arancio de Beller-
PROYECTO DE LEY
El Senado y Cámara de Diputados,...
PLAN NACIONAL DE FOMENTO, PROMOCIÓN Y DESARROLLO DE CULTIVOS
ANDINOS SUBEXPLOTADOS DE VALOR NUTRICIONAL
CAPÍTULO I
DEFINICIONES
ARTÍCULO 1°.- Se considerarán cultivos andinos subexplotados de
valor nutricional a las especies autóctonas que se encuentran relegadas
a un plano secundario, tanto al nivel de su producción como de su
consumo, a causa de su desplazamiento por los cultivos comerciales que
responden a patrones de consumo urbano y a diversas razones de orden
socioeconómico.
ARTÍCULO 2°.- Se considerarán cultivos andinos a las especies
autóctonas que se encuentran por encima de los 2000 metros sobre el
nivel del mar (m.s.n.m.) y la ubicación fitogeográfica de esta zona del
País estará incluida dentro de las provincias de la PREPUNA (2000 a
3400 m.s.n.m.) que abarca desde Jujuy y Salta hasta La Rioja; PUNEÑA
(3400 a 5000 m.s.n.m.) que se extiende desde Jujuy hasta Mendoza y la
ALTOANDINA que incluye el oeste del País desde Jujuy hasta Tierra del
Fuego.
ARTÍCULO 3°.- Declárense de Interés Nacional al desarrollo de los
cultivos andinos subexplotados de valor nutricional que contribuyan a
ampliar la base alimentaria con el objeto de mejorar el estado
nutricional y la seguridad alimentaria, particularmente a nivel de los
hogares, comunidades o pueblos alejados del área de los grandes centros
urbanos.
CAPÍTULO II
OBJETIVOS
ARTÍCULO 4°.- Constituyen objetivos a ser logrados a través de la
aplicación de la presente Ley:
a) Analizar la situación actual de los cultivos
andinos subexplotados de valor nutricional, su potencial, las
posibilidades para su futura promoción y los beneficios que se esperan
conseguir.
b) Seleccionar los cultivos tomando en cuenta su
importancia nutricional, su rol en los sistemas agrícolas locales, los
recursos fitogenéticos, los aspectos socio antropológicos y otros
criterios.
c) Identificar estrategias y acciones para su
fomento, promoción y desarrollo en los aspectos de producción,
procesamiento, distribución, comercialización y consumo.
CAPÍTULO III
CRITERIOS PARA LA SELECCIÓN DE CULTIVOS ANDINOS
ARTÍCULO 5°.- Los criterios para la selección de cultivos andinos
subexplotados de valor nutricional se agruparán en tres temáticas
básicas, todas ellas de equivalente importancia:
1- Aspectos Alimentario Nutricionales.
a) Las características del producto con relación a su
valor nutricional, especialmente con respecto a su composición química,
biodisponibilidad, toxicidad o presencia de factores antinutricionales.
Esto se refiere tanto a su comportamiento individual como a su
complementación con otros alimentos de consumo habitual.
b) Su contribución a la solución de las deficiencias
nutricionales más prevalentes en los grupos vulnerables y de nivel
socioeconómico bajo.
c) Los hábitos de la población con relación a su utilización y consumo
y a su versatilidad en la preparación culinaria.
2- Aspectos Agro Ecológicos.
a) Adecuación a las condiciones ecológicas (clima -
suelo - planta) de los diferentes medios especialmente mediante la
selección de variedades y el empleo de prácticas culturales apropiadas.
b) Integración a los sistemas agropecuarios de
producción y su capacidad de contribuir a un uso más eficiente de los
recursos productivos.
c) Potencialidad de producción y productividad del
cultivo frente a los recursos especialmente escasos en cada medio
(tierra, agua, tiempo disponible, mano de obra, etc.).
3- Aspectos Socioeconómicos.
a) Costo comparativo de producción especialmente con
relación a otros cultivos andinos, incluyendo el análisis del costo
energético.
b) Posibilidades de introducción a la economía de mercado y de generar
ingresos.
c) Posibilidades agroindustriales, tanto en el
desarrollo de empresas y productos locales, como para industrias
mayores que contribuyan a ampliar su mercado.
d) Capacidad de sustituir importaciones y de ser
exportado.
e) Facilidad de almacenamiento y conservación y
posibilidad de preparación en el hogar con baja utilización de
recursos.
f) Posibilidad de uso de productos de los cultivos
para otros objetivos (alimentación de ganado, combustible, material de
construcción e insumos para la artesanía).
CAPÍTULO IV
ESTRATEGIAS NACIONALES PARA LA PROMOCIÓN DE LOS CULTIVOS ANDINOS
ARTÍCULO 6°.- Las estrategias nacionales para la promoción de los
cultivos andinos subexplotados de valor nutricional, abarcarán las
siguientes áreas:
1- Área Agronómica.
a) Colección y manejo de germoplasma.
b) Identificación de la problemática de los cultivos
en el ámbito de productores y consumidores como así también aquella
derivada de la industrialización y comercialización en el contexto de
los sistemas de producción actuales.
c) Solución de problemas limitantes sobre la base del
análisis de la tecnología tradicional.
d) Desarrollo de variedades mejoradas.
e) Producción de semillas.
f) Estudios de conservación poscosecha y
procesamiento.
2- Área Nutricional.
a) Completar el análisis nutricional de los cultivos
andinos promisorios para cada región con especial participación de los
institutos de nutrición.
b) Incentivar a los Institutos de nutrición y
tecnología de alimentos y programas de desarrollo rural y salud para la
inclusión de los cultivos andinos en sus planes de trabajo.
3- Área Socioeconómica y de Extensión.
a) Recopilar y procesar información que permita la
implementación de políticas de fomento y crédito de estos cultivos.
b) Realizar campañas de promoción y divulgación del
uso y consumo de los cultivos andinos en contribución a la seguridad
alimentaria.
c) Estimular la utilización de estos productos en los
programas de alimentación complementaria.
d) Fomentar la creación de plantas agroindustriales
locales en comunidades productoras para lograr su desarrollo y
beneficio.
d) Promover la difusión de conocimientos, experiencias y la
capacitación a través de niveles de cursos - talleres locales en las
áreas de mayor concentración de estos cultivos.
f) Promover la incorporación de asignaturas o
unidades sobre cultivos andinos basada en realidades nacionales, en los
programas normales de Universidades, Institutos, áreas de Agronomía,
Biología, Nutrición y Tecnología de Alimentos.
ARTÍCULO 7°.- Formalizar estrategias de carácter regional con los
Organismos Internacionales que tengan competencia en los temas de la
presente Ley.
CAPÍTULO V
ORGANISMOS - FUNCIONES - COMPETENCIAS
ARTÍCULO 8°.- El Estado nacional ejercerá las funciones que se
atribuyen en la presente a través de los siguientes órganos:
a) Secretaría de Agricultura, Ganadería, Pesca y
Alimentación de la Nación.
b) INTA (Instituto Nacional de Tecnología
Agropecuaria).
c) Aquellos otros Organismos Públicos de cualquier
jurisdicción con los que las Entidades citadas anteriormente
suscribiesen acuerdos para el mejor cumplimiento de los cometidos de la
presente Ley. Igual tratamiento podrá darse a Entidades Privadas, ONG
(Organismos No Gubernamentales), Fundaciones, Cooperativas, u otras
cuando las circunstancias así lo aconsejen.
CAPÍTULO VI
FACILIDADES CREDITICIAS
ARTÍCULO 9°.- El Poder Ejecutivo Nacional podrá asignar anualmente
del Presupuesto Nacional una suma fija de hasta Pesos Un Millón ($
1.000.000.-) para subsidiar hasta el 50 % la tasa de interés por
créditos que otorgue el Banco de la Nación Argentina para
financiamiento de inversiones en los cultivos andinos subexplotados de
valor nutricional.
ARTÍCULO 10.- Podrán ser beneficiarios aquellos proyectos que cumplan
con los criterios para la selección de cultivos andinos especificados
en el Capítulo III de la presente Ley y los requisitos establecidos por
el Banco de la Nación Argentina a tal efecto.
CAPÍTULO VII
DISPOSICIONES GENERALES
ARTÍCULO 11.- El incumplimiento del proyecto o emprendimiento en
ejecución, que fuera beneficiado por un crédito específico a tal
efecto, dará lugar a la caída de los mismos, y al reclamo de los
tributos dejados de abonar más sus intereses y actualizaciones.
ARTÍCULO 12.- Sin perjuicio de la aplicación, según su régimen
propio, de la norma de naturaleza federal contenidas en la presente
Ley, invítase a las Provincias a adherir al régimen de la misma.
ARTÍCULO 13.- Facúltase al Poder Ejecutivo Nacional a reglamentar la
presente Ley y a delegar en el Órgano que determine las funciones
necesarias para lograr los objetivos aquí establecidos.
ARTÍCULO 14.- Comuníquese al Poder Ejecutivo.-
Lylia M. Arancio de Beller-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
La región andina es uno de los grandes centros
de origen de las plantas cultivadas, las que constituyen parte de una
importante herencia cultural y juegan un papel relevante en los hábitos
alimentarios. Sin embargo, muchas de las especies autóctonas se
encuentran en la actualidad relegadas a un plano secundario, tanto al
nivel de su producción como de su consumo, a causa de su desplazamiento
por los cultivos comerciales que responden a patrones de consumo urbano
y otras razones de orden socioeconómico.
Salvo escasas excepciones, introducidas en los
últimos cien años, la agricultura moderna sigue recurriendo a las
mismas plantas que adaptara el hombre neolítico. Entre ellas, conocido
es el papel determinante de los cereales en el surgimiento y desarrollo
de las primeras civilizaciones. En este sentido, la facilidad que
ofrecen los granos de ser almacenados permitió el asentamiento de las
poblaciones; donde éstos no existieron el hombre se vio obligado a
llevar una vida nómade, a expensas de alimentos escasos y perecederos,
provenientes de la caza, la pesca y la recolección de frutas
silvestres.
Los verdaderos cereales son monocotiledóneos de
la familia de las Gramíneas, fáciles del cultivar, caracterizados por
poseer un grano grande de albumen abundantemente harinoso, apto para la
alimentación y la panificación. Con frecuencia han estado acompañados
por los Pseudo cereales, plantas con semillas de similares
características a las de aquellas pero de menor tamaño y pertenecientes
a diversas familias de Dicotiledóneas. Muy especialmente en
Centroamérica y Sudamérica, se desarrollaron especies nativas cuyos
cultivos cobraron significativa relevancia en las culturas
precolombinas desde un punto de vista alimentario y religioso como la
Quínoa y el Amaranto.
Por los relatos de los primeros cronistas de la
Conquista de América se sabe que estos Pseudo cereales constituyeron la
segunda mies en importancia, después del maíz. Antes del
descubrimiento, la agricultura Azteca e Incaica había alcanzado un
avanzado grado de desarrollo. La Incaica, por ejemplo, con notables
terrazas y sistemas de riego, cultivaba más de cuarenta especies
alimenticias, en un ámbito que llegaba a los 4.000 metros de altura,
abarcando todos los climas, desde el tropical al de tipo andino en las
mayores altitudes. Los cambios culturales impuestos por los
conquistadores hicieron abandonar estas prácticas, quedando reducidos
los cultivos autóctonos andinos a algunas zonas altas del Perú,
Bolivia, Ecuador y el Noroeste Argentino.
El acervo agrícola mundial en la actualidad es
muy reducido en especies. De ellas aproximadamente 250.000 especies
vegetales clasificadas, cientos de las cuales son aptas para la
alimentación, apenas se cultiva un centenar y medio, y sólo una
veintena constituye el recurso común que libra al hombre del hambre,
sobre todo cereales, tubérculos como la papa y leguminosas como los
frijoles, el maní y la soja.
Ante los problemas creados por el incesante
incremento poblacional, organismos internacionales, en particular la
UNESCO y la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación), sumados a la inquietud de numerosos
investigadores, llamaron la atención sobre la necesidad de acrecentar
dicho acervo, adaptando especies silvestres y revalorizando antiguos
cultivos indígenas que fueron dejados de lado por la agricultura
moderna.
La Conferencia Mundial de la FAO, ya en el año
1983, enfatizó la necesidad de promover y desarrollar la producción y
el consumo de los cultivos menores y alimentos vegetales nativos, y en
el año 1986 produjo un Informe Final sobre una Reunión de Cultivos
Andinos Subexplotados de Valor Nutricional, realizada en el mes de
octubre en Santiago de Chile, y de la cual participó nuestro País,
proponiendo ampliar la base alimentaria, mediante el fomento y
desarrollo de tales cultivos, con el objeto de mejorar el estado
nutricional en grupos vulnerables y de nivel socioeconómico bajo;
trabajo que se tomó como base para la elaboración de la presente Ley.
En este sentido, desde hace dos décadas se ha
intensificado el interés por los Pseudo cereales, como por ejemplo la
Quínoa y el Amaranto, incentivado por sus ventajas nutricias sobre los
cereales verdaderos (alto contenido de proteínas ricas en lisina), así
como por su rusticidad y adaptación a suelos pobres y climas adversos,
que les permiten prosperar donde no llegan los cereales.
Los Pseudo cereales, si bien de granos
pequeños, aventajan a los verdaderos cereales por su mayor contenido en
proteínas de primera calidad, en promedio un 20 %, similar a las
Leguminosas comunes (en la Soja es superior), destacándose el aporte de
lisina (6 % de la proteína), comparable al de la Soja y tres veces más
alto que el del Trigo, nivel que rebasa el patrón establecido por la
FAO en 1973.
En cuanto a las proteínas cabe aclarar que, así
como en las leguminosas el aporte nitrogenado es de origen simbiótico,
siendo la fuente de nitrógeno el atmosférico; en estos pseudo cereales
proviene exclusivamente de los recursos del suelo.
La Lisina, abundante en las proteínas de origen
animal, es el primer aminoácido limitante en las proteínas vegetales.
Interviene en la formación de la masa encefálica, y en los procesos de
memoria y aprendizaje, siendo indispensable, en niveles apropiados, en
las primeras etapas de la vida, a fin de asegurar una adecuada
capacidad intelectual en el adulto.
De los análisis determinados puede apreciarse
el aporte satisfactorio de aminoácidos esenciales por parte de la Soja
y de estos Pseudo cereales comparados con la Caseína. Los estudios
sobre digestibilidad, valor biológico, etc. de las proteínas de estos
granos, así como su riqueza mineral (calcio, fósforo, hierro) y
lipídica (grasas y cenizas redondean el mismo valor del 6 %), así como
vitamínica, superior a los cereales, permite deducir que a través de
estos vegetales es factible una dieta equilibrada, exenta de
colesterol, sin recurrir a las proteínas animales.
El contenido de Hidratos de Carbono (almidón,
alrededor del 70 %), los hace aptos para la panificación, sobre todo en
mezclas del 20 % con harinas de otros cereales que aportan el gluten
necesario, escaso en los Pseudo cereales (condición para la cual,
empero, resultan aptos para la alimentación de los enfermos celíacos).
Las semillas de la Quínoa se cuecen, tuestan o muelen. Se obtiene de
ellas una harina con la que se puede elaborar pan, galletas y fideos.
Los granos sirven en sopas y guisos a modo de arroz, cereales para el
desayuno y forrajes. Fermentados se obtiene de ellos una cerveza. Las
hojas tiernas son consumidas como verduras, semejantes a la espinaca.
Contienen un elevado porcentaje de proteínas, minerales y vitaminas.
Los cultivos andinos de Amaranto ocuparon menores alturas que la Quínoa
y estaban frecuentemente asociados con el maíz. Las especies cultivadas
son hierbas anuales, de vegetación estival. Varias llegan a medir más
de dos metros de altura, lo cual asegura elevados niveles de materia
seca por hectárea y alta producción de semilla. Presenta sobre los
cereales la facilidad de prosperar en condiciones áridas y suelos
pobres. Su gran plasticidad, de origen genético, le confiere un notable
potencial de adaptabilidad mundial, desde el Ecuador hasta las zonas
templadas.
El pequeño tamaño de las semillas, que oscila alrededor de 1 mm de
diámetro, permite que haya un millón de unidades en 1 Kg. Basta sembrar
1-2 Kg/Ha para los cultivares graníferos, y 3-5 Kg/Ha para los
hortícolas y forrajeros (en trigo se requieren 100 Kg/Ha). Las hojas
son más ricas en calcio que las semillas; por su riqueza en hierro se
aconsejan para prevenir la anemia, y por la de vitamina A, para la
xeroftalmia. Si bien las partes vegetativas presentan altos niveles de
factores antinutricionales (nitratos y oxalatos) para el consumo humano
se evitan desechando el agua de cocción.
Las técnicas de cultivo requieren todavía amplia experimentación. Se va
pasando de los cultivos manuales a otros totalmente mecanizados,
redituables comercialmente (por ejemplo, usando sembradoras de sésamo,
trilladoras de leguminosas, cosechadoras del tipo de las usadas en
cosecha fina, etc.). Proyectos de investigaciones privadas y estatales
en todo los aspectos concernientes al uso y cultivo de estas plantas se
destacan en EEUU, Méjico, Guatemala, Venezuela, Perú, Israel, etc. En
Argentina, además de los estudios botánicos, cabe mencionar entre
otros, los trabajos de fitomejoramiento y técnicas culturales llevados
a cabo en La Pampa por el INTA y la Universidad Nacional.
Estas cualidades, capaces de corregir los problemas de malnutrición y
desnutrición endémicos del Tercer Mundo, y de equilibrar cualquier
dieta vegetariana, han reavivado el interés de los expertos hacia
dichos cultivos andinos, como posibilidad cierta de implementación en
regiones o zonas donde éste déficit exista. Si sumamos a esto la
facilidad y rusticidad de su cultivo, realmente estamos en presencia de
especies que merecen ser consideradas como importantes para implementar
y desarrollar, en pos de una mejor calidad de vida de numerosos
habitantes de nuestro País.
Si bien sólo se presentó como ejemplo a dos especies de pseudo cereales
como la Quínoa y el Amaranto, toda la región andina de nuestro País
desde el norte al sur, tiene otros cultivos y variedades de especies
que también son aptas para mejorar el estado nutricional y la seguridad
alimentaria de sus habitantes, y por lo tanto importantes para ser
promocionadas y desarrolladas como cultivos que sirvan para ampliar la
base alimentaria de la población.
Reducir la pobreza e incrementar la producción de alimentos, sobre todo
en las áreas rurales, requerirá entre otras cosas, la promoción de
prácticas agrícolas sustentables entre los pequeños agricultores. Será
menester también impulsar la investigación en cooperación,
especialmente en las propias explotaciones agrícolas, a fin de
aprovechar los conocimientos de los agricultores locales y desarrollar
técnicas ajustadas a diversas condiciones físicas.
Si se nos pidiera señalar cuáles son las
actividades productivas más importantes para luchar contra la pobreza,
mejorar la calidad de vida de la población y, en general, lograr un
desarrollo sustentable, diríamos que en la actualidad una de ellas es
la agricultura. De ella depende nuestra seguridad alimentaria, objetivo
estratégico fundamental para luchar contra la falta de recursos
sociales y productivos en el medio rural y urbano.
Un aumento sostenido de la productividad
agrícola, tanto por hectárea utilizada como por persona empleada en
esta actividad, tomando en cuenta prácticas de manejo racional de los
recursos naturales, permitirá atender a la vez varios objetivos
fundamentales. En primer lugar, el incremento de la producción
requerido para satisfacer la creciente demanda alimentaria de la
población en general. En segundo lugar, una más alta remuneración a la
población campesina, con lo cual estaremos reduciendo la pobreza en el
medio rural. Y en tercer lugar, generar un mejor aprovechamiento de los
recursos naturales, lo cual redundará notablemente en la reducción de
la degradación ambiental; tema que en la actualidad reviste mayor
gravedad y a la vez mejores posibilidades para la región, siendo sus
principales consecuencias la erosión y pérdida de fertilidad de los
suelos, la desertificación, la degradación de pasturas, la salinización
y alcalinización de suelos bajo riego y la subutilización de tierras
agrícolas de buena calidad.
La agricultura campesina tradicional ha
demostrado ser, con frecuencia, altamente sustentable dentro de sus
contextos ecológicos e históricos, a menudo utilizando técnicas de
manejo sofisticadas y bien adaptadas a las condiciones locales, que les
han permitido satisfacer las necesidades vitales durante siglos, aún
bajo condiciones ambientales adversas. Esta ocupación campesina implica
una tecnología, pero también una organización espacial y social
específica, conocimientos precisos sobre recursos, patrones de consumo
y de trabajo adecuados y hasta una concepción no-antagonista con el
medio ambiente. En otras palabras, toda una cultura en su sentido más
amplio, que no puede reducirse a expresiones folklóricas o confinarse a
niveles superestructurales. Ese repertorio no sólo expresa una
historia, sino que constituye un recurso para el desarrollo; un
potencial de crecimiento para las reservas territoriales de nuestras
sociedades.
Los patrones de desarrollo adoptados en la región en los últimos 50
años, han modificado no solamente el ambiente natural, sino también los
patrones de consumo de importantes capas de la población. Las economías
campesinas y los sistemas agrícolas simples no han recibido el apoyo
que se merecen, por el contrario, han sido a menudo desarticulados y el
desarrollo económico, la expansión de la frontera agrícola y el
incremento de la producción del campo agrícola ha sido tratado desde el
punto de vista cuantitativo y no cualitativo, reemplazándose agro
ecosistemas estables y diversificados por agro ecosistemas inestables y
homogéneos.
Los esfuerzos por mitigar el hambre y la
pobreza en nuestra América han tenido resultados cuestionables. Por
eso, tiende a generalizarse la búsqueda de un desarrollo diferente que,
junto con vigorizar el crecimiento económico, promueva una mayor
equidad entre los hombres en el marco de un medio ambiente sustentable.
Todo ser humano necesita consumir una cantidad mínima necesaria de
alimentos para sobrevivir y desarrollar sus capacidades. Este requisito
esencial es cuantificable. En virtud de ello, se sabe que en nuestra
región existen potencialmente recursos naturales más que suficientes
para satisfacer estos requerimientos. Pero debido a las formas
adoptadas por la sociedad para organizar su funcionamiento, el número
absoluto de personas que padecen hambre y desnutrición crece
constantemente. Resulta imperativo corregir esta contradicción, de lo
contrario estaremos poniendo un límite al desarrollo. En pocas
palabras: No hay desarrollo duradero si no se garantiza "durabilidad" y
realización plena a las personas.
Por lo expuesto, nos parece sumamente
importante e imprescindible, a efectos de lograr un desarrollo
sustentable, declarar de interés nacional los futuros desarrollos de
los cultivos andinos de valor nutricional que contribuyan a ampliar la
base alimentaria con el objeto de mejorar el estado nutricional y la
seguridad alimentaria, tal como se especifica en el Artículo 3° del
presente Proyecto de Ley, como instrumento de un cambio viable para
lograr una mejor distribución de los recursos productivos, generar
fuentes de empleo y reducir la pobreza.
Ello, no sólo permitirá desarrollar los
cultivos autóctonos, sino analizar su potencial y su promoción en
cuanto a su importancia nutricional, e identificar las futuras
estrategias para los objetivos a implementar en la presente Ley,
surgiendo la importancia de establecer agroindustrias en el campo y
lograr transformar la materia agrícola, adoptándose tecnologías
adecuadas que no desplacen mano de obra pero que si logren valor
agregado, tomándose igualmente en cuenta las políticas de seguridad
alimentaria.
Es claro que el espíritu de la presente, está
destinado fundamentalmente a revalorizar nuestros cultivos autóctonos
posibilitando, en un marco de desarrollo productivo, combatir la
pobreza en ciertas áreas socioeconómicas frágiles, en donde exista la
posibilidad de integrar amplios sectores de la población al desarrollo
en pos de una mejor calidad de vida.
En este sentido, el presente Proyecto mira
hacia los más necesitados y débiles dentro de la estructura social,
posibilitando con recursos propios y genuinos revitalizar estrategias
conducentes a la erradicación de la desnutrición y las enfermedades
causadas por ella, e incorporándolos al sistema productivo con recursos
propios de su tierra; de la cual forman parte y se sustentan.-
Lylia M. Arancio de Beller.