Número de Expediente 3811/07

Listado de Autores
Escudero , Sonia Margarita

En proceso de carga

Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones

(S-3811/07)

PROYECTO DE DECLARACION

El Senado de la Nación

DECLARA:

Su adhesión a la conmemoración del ¿Día Internacional de la Mujer¿ que se celebra el 8 de marzo próximo, al cumplirse 100 años de la muerte de las 192 trabajadoras textiles que reclamaban por sus derechos, hecho luctuoso que dató la institucionalización por la Organización de las Naciones Unidas de un día especial de reconocimiento de la lucha por la defensa de los derechos.

Sonia Escudero.

FUNDAMENTOS

Sr. Presidente:

El próximo 8 de marzo es una fecha muy especial y muy significativa para todas las mujeres del mundo. Es un hito en la historia de la humanidad. Constituyó un punto de inflexión que significó el fin de algunas situaciones de injusticia y el principio de una lucha que si bien produjo un sinnúmero de cambios, dista de haber concluido.

Se cumplen 100 años de una incomprensible tragedia que conmovió al mundo. Nada más legítimo que protestar ante los abusos patronales y por mejores condiciones laborales; sin embargo, y como consecuencia, un gran grupo de trabajadoras fueron despedidas. Como eran mujeres, sus requerimientos no fueron escuchados; por esa razón se encerraron y se declararon en huelga. Lejos de ser un recurso válido para que se diera cursos a sus reclamos, se convirtió en una trampa mortal porque un incendio provocado terminó con la vida de 129 obreras que murieron en su lugar de trabajo.

El mensaje era claro e intimidatorio; no obstante en 1910, a dos años del desdichado episodio, dos integrantes del Sindicato de Obreras de la Confección durante la II Conferencia Internacional de Mujeres Trabajadoras -evocando este infausto hecho-, propusieron que fuera declarado el 8 de marzo como Día Internacional de la Mujer, en homenaje a aquellas heroicas mujeres que lucharon por sus derechos.

Es público y notorio que desde que fue institucionalizada por la Organización de las Naciones Unidas, la observancia de esta fecha especial es cada vez mayor. La cantidad de países que año tras año se suman a esa iniciativa y la calidad de sus manifestaciones dan cuenta de ello. Conmemorar los compromete no sólo a una jornada de homenaje sino también a examinar en profundidad la existencia y vigencia en sus países de un marco digno de igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres.

Debemos reconocer que desde entonces se ha emprendido un camino que no tiene vuelta a atrás. Se produjeron muchas transformaciones en las relaciones entre ambos sexos en todos los niveles de la sociedad. En el año 1975 la Conferencia Mundial sobre el Año Internacional de la Mujer recomendó la creación de un instituto de investigación y capacitación dedicado a la promoción de las mujeres. Al año siguiente se fundó el UN-INSTRAW el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación de las Naciones Unidas para Promoción de la Mujer.

Conjuntamente y en colaboración con gobiernos, la sociedad civil y el Sistema de las Naciones Unidas, se ha subrayado la importancia de la perspectiva de género en el análisis y ejecución de programas y proyectos que apuntan al logro de la paz, del desarrollo y de la buena gobernabilidad, promocionando la participación política de las mujeres a nivel local, nacional, regional e internacional. Se actualizaron legislaciones. Se establecieron cupos. Se operaron cambios duraderos de los valores y las actitudes.

Sin embargo, sin dejar de reconocer que las condiciones de vida social y laboral de las mujeres han mejorado sustancialmente desde aquel fatídico 8 de marzo de 1908; hay un fantasma que sigue rondando y que su acoso va acrecentándose según pasan los años. Es el espanto de la violencia, que se ejerce en contra de la mujer y que perjudica a sus hijos y a su entorno familiar.

A pesar de los avances logrados en el entendimiento de que sólo puede haber un desarrollo sustentable de las naciones si se logra concretar la misión de dar poder real a las mujeres para lograr igualar sus decisiones a las de los hombres, las estadísticas mundiales dan cuenta de que los casos de violencia de género aumentan y que a pesar de articularse toda clase de recursos para combatir esta tendencia, este estigma se ha convertido en un flagelo que azota cada vez más fuerte.

Hace tan sólo unos meses el Secretario General de las Naciones Unidas en su Declaración para el 25 de noviembre por el Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, anunció el lanzamiento de una campaña multianual que continuará hasta el 2015 para la eliminación de la violencia contra la mujer y admitió que lo más grave es que la violencia contra las mujeres y las niñas persiste sin disminución en todos los continentes, todos los países y todas las culturas, con efectos devastadores en la vida de las mujeres, sus familias y toda la sociedad.

Lo más notable de este testimonio ha sido una frase que es digna de destacar literalmente ¿La mayor parte de las sociedades prohíben esa violencia, pero en la realidad frecuentemente se encubre o se tolera tácitamente¿.

Cuanto sabemos de esto en nuestro país. Los crímenes de María Marta García Belsunce, de Nora Dalmasso, de Rosana Galliano y de tantas otras infortunadas, dan cuenta de ello.

Vivir en un lugar sumamente custodiado no le sirvió a María Marta para evitar una persecución en su propia casa y terminar su vida tirada como un despojo en el baño, siendo asesinada por varios balazos. Un asesinato brutal de una mujer indefensa que parece nunca ha de esclarecerse.

En cualquiera de las circunstancias por las que se hubiera producido la muerte de Nora Dalmasso, hubiese sido más provechoso y más digno resguardar a la víctima, a su familia y por sobre todo a la escena del crimen. Pero como era una mujer, se priorizó el someter a examen, discusión y juicio su conducta moral, antes de proceder a la correspondiente investigación y juzgamiento del asesinato.

En estas instancias nadie puede precisar quien termino con la vida de Rosana Galliano que fuera asesinada por cuatro tiros en el jardín de su casa, tampoco se puede precisar si el suyo fue un crimen pasional o por encargo. Lo cierto es que esta muchacha vivía presa del pánico. Tenía miedo y no eran infundados sus temores, ya lo vemos que no lo eran.

Sin elevar juicio de valores para todos los que intervinieron e intervienen en estas causas, no sólo en la faz judicial sino también en los demás estamentos de la sociedad, me pregunto si hubiese sido tan fácil terminar con la vida de una persona dentro de su vivienda, ubicada en el centro mismo de la vigilancia de un country, si la víctima hubiese sido un hombre.

No podemos dejar de ignorar que si el caso de Nora Dalmasso hubiese sido protagonizado por una víctima del sexo masculino, se hubiese respetado el derecho a la protección de la intimidad y de la familia. Aquellas cuestiones anexas que tuvieron que ver con la conducta de la víctima, se hubieran considerado ¿picardías o distracciones del individuo¿, que en el caso de corresponderle a una mujer se convirtieron en el escarnio público de una persona que fue asesinada.
Rosana Galliano cumplió con todos los lineamientos legales que estipulan nuestras leyes en cuestiones de violencia familiar, luego de recibir amenazas de muerte y sufrir violencia familiar. La justicia argentina obró en consecuencia articulando los medios que ofrece el Derecho argentino; no obstante no pudo evitarse su muerte. No interesa de quien fuera el brazo ejecutor ni las razones que lo llevaron a ello, lo que importa es que sabía que su víctima se encontraba en un estado total de indefensión. En definitiva, Señor Presidente, estos ejemplos dan cuenta de que la situación de las mujeres sigue siendo, en mucho, de enorme precariedad, de donde es menester continuar trabajando en su empoderamiento y reconocimiento para evitar y neutralizar las situaciones de resiliencia.

Elevo el presente proyecto de declaración con el objeto de que esta Honorable Cámara legislativa se adhiera a la conmemoración del ¿Día Internacional de la Mujer¿ que se celebrará el 8 de marzo próximo, y en homenaje a aquellas heroicas trabajadoras que hace 100 años luchaban por sus derechos, insto a mis pares para que acompañen con su voto afirmativo a esta propuesta, en el sentido de que toda acción que realicemos a favor de la mujer, sin lugar a dudas, será en beneficio de la sociedad toda.

Sonia Escudero.