Número de Expediente 2815/04
| N° | Origen | Tipo | Extracto |
|---|---|---|---|
| 2815/04 | Senado De La Nación | Proyecto De Declaración | PAZ : PROYECTO DE DECLARACION AUSPICIANDO EL 92° CONGRESO ANUAL DE LA FEDERACION AGRARIA ARGENTINA . |
| Listado de Autores |
|---|
|
Paz
, Elva Azucena
|
Fechas en Dir. Mesa de Entradas
| MESA DE ENTRADAS | DADO CUENTA | Nº DE D.A.E. |
|---|---|---|
| 07-09-2004 | 15-09-2004 | 176/2004 Tipo: NORMAL |
Fecha de Ingreso a Dir. Gral. de Comisiones
| DIR. GRAL. de COMISIONES | INGRESO DEL DICTAMEN A LA MESA DE ENTRADAS |
|---|---|
| 08-09-2004 | 05-10-2004 |
Giros del Expediente a Comisiones
| COMISIÓN | FECHA DE INGRESO | FECHA DE EGRESO |
|---|---|---|
| DE AGRICULTURA, GANADERÍA Y PESCA
ORDEN DE GIRO: 1 |
08-09-2004 | 05-10-2004 |
ENVIADO AL ARCHIVO : 02-11-2004
Resoluciones
| SENADO |
|---|
| FECHA DE SANCION: 27-10-2004 |
| SANCION: Com.Art106 |
| COMENTARIO: |
| NOTA:DESPACHO N° 354/04 |
En proceso de carga
Senado de la Nación
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2815/04)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación:
D E C L A R A:
De interés parlamentario y auspicia el 92° Congreso Anual de la
Federación Agraria Argentina, que se llevará a cabo en la ciudad de
Rosario Provincia de Santa Fé, desde el día 23 al 24 de Setiembre del
2004.
Elva A. Paz.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Del día 23 al 24 de Setiembre próximo se realizará el 92 Congreso
Anual de la Federación Agraria Argentina en las instalaciones del
Patio de la Madera, sito en la calle Cafferata N° 729 esquina Santa Fé
de la ciudad de Rosario Provincia de Santa Fé,
El lema del congreso: "Por una agricultura con agricultores para un
desarrollo nacional con equidad y autonomía".
El siglo transcurrido desde la Revolución de Mayo había modificado
sustancialmente las estructuras heredadas de la Colonia y la generación
del 1888 una vez lograda la inserción de nuestra economía en la
división internacional del trabajo de los finales del siglo XIX,
disfrutaba de una opulencia similar a la de las clases dirigentes
europeas, de la que se hallaban sistemáticamente excluidas las mayorías
nacionales.
Él «gobernar es poblar» se expresaba en la llegada de más de tres
millones de inmigrantes dedicados en gran parte a la agricultura, que
llevaron la frontera agrícola de 1888 a 1912 a varias veces superiores
a las del periodo anterior señalado.
Pero esta gigantesca incorporación de mano de obra se realizó a través
de leoninos contratos de arrendamientos quedando la propiedad en manos
de la oligarquía terrateniente que la había recibido de quienes habían
gobernado el país desde la independencia a la conquista del desierto,
más allá de algunos intentos válidos pero insuficientes de colonización
expresados en la enfiteusis de Rivadavia y en proyectos y leyes de los
presidentes Sarmiento y Avellaneda.
Estos contratos, verdaderos rosarios de explotación, se fundaban en un
desmesurado costo del arrendamiento, la obligación de comprar los
insumos y herramientas a los arrendadores a precios exorbitantes y de
venderles lo producido a valores muy inferiores de los que realmente
poseían.
Por más que se trabajara de sol a sol, los esfuerzos no alcanzaban ni
para dar un mínimo de dignidad a las familias que llegadas desde una
Europa desangrada por interminables guerras, venían con la ilusión de
construir un futuro próspero.
Una sucesión de malas cosechas, había dejado a los agricultores en una
situación muy sensible pero fue la formidable cosecha de 1912 la que
motivó el repentino salto de conciencia, al comprobarse que a pesar de
ella, luego de pagar las ingentes deudas nada quedaba en los bolsillos
de los chacareros.
Cuando la huelga estalló en la Sociedad Italiana de Alcorta el 25 de
junio y rápidamente se propagó en toda la región paralizando a más de
100.000 agricultores, perseguía la modificación de los contratos de
arrendamientos, hecho que luego de una larga lucha se consiguió y que
el Dr. Francisco Netri pagó con su vida al caer ante las balas de la
oligarquía asesina, pero en sí llevaba el germen de solicitar un lugar
en la sociedad que los había convocado y que ahora le cerraba las
puertas al progreso y al desarrollo.
El resultado directo fue la fundación de la Federación Agraria
Argentina que se constituyó en la herramienta de los pequeños y
medianos productores con la cual lucharon para mejorar sus condiciones
de vida y acceder a la propiedad de la tierra.
Y si bien el Grito de Alcorta no logró modificar de raíz la estructura
agraria, creó las condiciones para que los gobiernos populares que a
partir de 1916 llegaron al poder, cada dictadura militar produjo un
nítido retroceso, permitieran una gradual democratización de la
propiedad y el acceso de miles de agricultores a su porción de tierra
que le dieron el paisaje a toda una región y fueron el motor del
desarrollo y el progreso en el siglo XX de nuestro país.
Pero si bien la gente de campo es por su idiosincrasia bastante
tranquila, no está dispuesta a observar como en aras de la
competitividad y la globalización culpable de todo lo bueno y lo malo
de este gris fin de siglo, le arrebatan el pasado que hicieron sus
abuelos, aquellos gringos de piel curtida y el futuro de sus hijos que
quieren seguir siendo productores y vivir con los pies sobre su tierra.
A lo largo de estos años y aún cuando el modelo tenía una fuerte
aceptación social, la FAA enfrentó públicamente estas políticas a
través de la denuncia y la movilización, y alertó a los productores y a
la sociedad en su conjunto sobre sus catastróficos resultados si no se
modificaban.
El final de este proceso encuentra en las rutas a miles de productores
que realizaron en lo que va del año 2 paros agropecuarios y más de 250
puebladas en defensa, como lo planteaban los hombres de Alcorta, de un
lugar digno en la sociedad del siglo XXI.
Hoy aquel Grito se funde en las gargantas de sus herederos, pero
también en el reclamo de los excluidos por este modelo, trabajadores,
estudiantes, profesionales, pequeños empresarios, economías regionales,
que no se resignan y aspiran a una Argentina para todos, en donde se
conjugue el verbo soñar, e imperen la justicia, la ética y la
solidaridad.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la firma del
presente proyecto de interés parlamentario, por el cual auspiciamos la
realización del 92° Congreso Ordinario Anual de la Federación Agraria
Argentina.
Elva A. Paz.-
Secretaría Parlamentaria
Dirección Publicaciones
(S-2815/04)
PROYECTO DE DECLARACION
El Senado de la Nación:
D E C L A R A:
De interés parlamentario y auspicia el 92° Congreso Anual de la
Federación Agraria Argentina, que se llevará a cabo en la ciudad de
Rosario Provincia de Santa Fé, desde el día 23 al 24 de Setiembre del
2004.
Elva A. Paz.-
FUNDAMENTOS
Señor Presidente:
Del día 23 al 24 de Setiembre próximo se realizará el 92 Congreso
Anual de la Federación Agraria Argentina en las instalaciones del
Patio de la Madera, sito en la calle Cafferata N° 729 esquina Santa Fé
de la ciudad de Rosario Provincia de Santa Fé,
El lema del congreso: "Por una agricultura con agricultores para un
desarrollo nacional con equidad y autonomía".
El siglo transcurrido desde la Revolución de Mayo había modificado
sustancialmente las estructuras heredadas de la Colonia y la generación
del 1888 una vez lograda la inserción de nuestra economía en la
división internacional del trabajo de los finales del siglo XIX,
disfrutaba de una opulencia similar a la de las clases dirigentes
europeas, de la que se hallaban sistemáticamente excluidas las mayorías
nacionales.
Él «gobernar es poblar» se expresaba en la llegada de más de tres
millones de inmigrantes dedicados en gran parte a la agricultura, que
llevaron la frontera agrícola de 1888 a 1912 a varias veces superiores
a las del periodo anterior señalado.
Pero esta gigantesca incorporación de mano de obra se realizó a través
de leoninos contratos de arrendamientos quedando la propiedad en manos
de la oligarquía terrateniente que la había recibido de quienes habían
gobernado el país desde la independencia a la conquista del desierto,
más allá de algunos intentos válidos pero insuficientes de colonización
expresados en la enfiteusis de Rivadavia y en proyectos y leyes de los
presidentes Sarmiento y Avellaneda.
Estos contratos, verdaderos rosarios de explotación, se fundaban en un
desmesurado costo del arrendamiento, la obligación de comprar los
insumos y herramientas a los arrendadores a precios exorbitantes y de
venderles lo producido a valores muy inferiores de los que realmente
poseían.
Por más que se trabajara de sol a sol, los esfuerzos no alcanzaban ni
para dar un mínimo de dignidad a las familias que llegadas desde una
Europa desangrada por interminables guerras, venían con la ilusión de
construir un futuro próspero.
Una sucesión de malas cosechas, había dejado a los agricultores en una
situación muy sensible pero fue la formidable cosecha de 1912 la que
motivó el repentino salto de conciencia, al comprobarse que a pesar de
ella, luego de pagar las ingentes deudas nada quedaba en los bolsillos
de los chacareros.
Cuando la huelga estalló en la Sociedad Italiana de Alcorta el 25 de
junio y rápidamente se propagó en toda la región paralizando a más de
100.000 agricultores, perseguía la modificación de los contratos de
arrendamientos, hecho que luego de una larga lucha se consiguió y que
el Dr. Francisco Netri pagó con su vida al caer ante las balas de la
oligarquía asesina, pero en sí llevaba el germen de solicitar un lugar
en la sociedad que los había convocado y que ahora le cerraba las
puertas al progreso y al desarrollo.
El resultado directo fue la fundación de la Federación Agraria
Argentina que se constituyó en la herramienta de los pequeños y
medianos productores con la cual lucharon para mejorar sus condiciones
de vida y acceder a la propiedad de la tierra.
Y si bien el Grito de Alcorta no logró modificar de raíz la estructura
agraria, creó las condiciones para que los gobiernos populares que a
partir de 1916 llegaron al poder, cada dictadura militar produjo un
nítido retroceso, permitieran una gradual democratización de la
propiedad y el acceso de miles de agricultores a su porción de tierra
que le dieron el paisaje a toda una región y fueron el motor del
desarrollo y el progreso en el siglo XX de nuestro país.
Pero si bien la gente de campo es por su idiosincrasia bastante
tranquila, no está dispuesta a observar como en aras de la
competitividad y la globalización culpable de todo lo bueno y lo malo
de este gris fin de siglo, le arrebatan el pasado que hicieron sus
abuelos, aquellos gringos de piel curtida y el futuro de sus hijos que
quieren seguir siendo productores y vivir con los pies sobre su tierra.
A lo largo de estos años y aún cuando el modelo tenía una fuerte
aceptación social, la FAA enfrentó públicamente estas políticas a
través de la denuncia y la movilización, y alertó a los productores y a
la sociedad en su conjunto sobre sus catastróficos resultados si no se
modificaban.
El final de este proceso encuentra en las rutas a miles de productores
que realizaron en lo que va del año 2 paros agropecuarios y más de 250
puebladas en defensa, como lo planteaban los hombres de Alcorta, de un
lugar digno en la sociedad del siglo XXI.
Hoy aquel Grito se funde en las gargantas de sus herederos, pero
también en el reclamo de los excluidos por este modelo, trabajadores,
estudiantes, profesionales, pequeños empresarios, economías regionales,
que no se resignan y aspiran a una Argentina para todos, en donde se
conjugue el verbo soñar, e imperen la justicia, la ética y la
solidaridad.
Por todo lo expuesto, solicito a mis pares me acompañen en la firma del
presente proyecto de interés parlamentario, por el cual auspiciamos la
realización del 92° Congreso Ordinario Anual de la Federación Agraria
Argentina.
Elva A. Paz.-



